La palabra "salvia" deriva del latín salvus que significa "íntegro, sano" y de esta proviene la palabra "salud". Planta sagrada para los griegos, que intercambiaban con los pueblos orientales una parte de salvia por cuatro de té.
La salvia parece reunir casi todas las propiedades de la familia de las labiadas junto al tomillo, el romero y la lavanda.
Ante todo es estimulante, activa la circulación sanguínea y equilibra el sistema nervioso (remedio infalible para las personas cansadas y apáticas, estudiantes en época de exámenes, personas anémicas y convalecientes), contiene entre sus principios activos un estrógeno, por lo que está indicada para tratar los trastornos femeninos, desde reglas irregulares a problemas en la menopausia. Durante esta época nos será de gran utilidad dado a que es una alternativa totalmente natural a los peligrosos tratamientos hormonales a base de estrógeno sintético. También por aliviar considerablemente molestias colaterales como nauseas, vértigo, sudores, golpes de calor...
La más importante acción terapéutica ejercida por la salvia reside en su aplicación ginecológica y en su función de reequilibrante hormonal.
Para uso externo es una planta altamente antiséptica, maravillosa en la cura de afecciones de la boca, beneficiosa contra la excesiva sudoración, es tónica del sistema digestivo y posee propiedades astringentes que la hacen útil en caso de diarreas, hemorragias o reglas irregulares.
ESTÁ CONTRAINDICADA EN EL EMBARAZO.
Aquí os dejo algunas recetas con esta planta fantástica:
INFUSIÓN
1 cucharadita de hojas secas por taza de agua, 3 veces al día
COCIMIENTO PARA USO EXTERNO
1 ó 2 manojos de salvia por litro de agua (lociones, fricciones,)
VINO
Macerar 90 gr durante una semana en 1 litro de vino tinto de jerez
1 cucharadita después de las comidas (menopausia, irregularidades menstruales)
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